Tu botiquín interior.

Conoces el dicho más vale prevenir que lamentar, seguro que en tu casa tienes un botiquín de primeros auxilios con lo básico en caso de que te encuentres mal o te hayas hecho alguna herida. En él, puedes encontrar un termómetro, gasas, alcohol, medicamentos, … todo lo que contiene puedes adquirirlo en una tienda y suele ser común a los botiquines básicos que todos tenemos.
Yo te propongo hacerte un botiquín especial, solamente tuyo, tu BOTIQUÍN INTERIOR. Es saludable que lo vayas preparando poco a poco, con mucho cariño y cuidado en tu día a día, ya que cuando más vas a necesitarlo será cuando menos te acuerdes de todo lo bueno que se encuentra en él, habrá periodos en los que por circunstancias particulares estarás más triste, vulnerable y puede que tus recuerdos se oscurezcan teniendo una visión más pesimista, (por eso también puedes meter unas gafas con cristales rosas, para ver que todo depende del color con el que se mira).
Lo maravilloso de tu botiquín es que puedes meter todo lo que quieras que sea beneficioso para ti, yo te voy a decir algunas sugerencias que pueden formar parte de él, y tú puedes seguir añadiendo todo lo que se te ocurra.
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María Aladrén Rodrigo
Busca las canciones que más te gustan, aquellas que te encanta oír, con las que te vibra el cuerpo, las que te llevan a otro momento de tu vida y te traen buenos recuerdos. Escribe las películas que disfrutas viendo, las que te dicen algo. Apunta los libros que has leído y los que te gustaría leer. Cartas que te han escrito. Haz un álbum de fotos con personas, viajes, lugares importantes para ti. Algún amuleto, regalo, perfume, un objeto con tu color preferido,…
Haz una lista de tus conocidos, amistades y familiares y pon junto a su nombre las cosas que puedes hacer con ellos, habrá amigos con los que salir de marcha, otros sin embargo preferirán ir de excursión, con algunos puedes quedar para conversar durante horas y otros simplemente estarán contigo en silencio,… Cada uno tenemos nuestras características y no todas personas pueden darnos todo lo que queremos, por eso según lo que necesitemos en un momento, podemos recurrir a unos o a otros.
Anota tus aptitudes, lo que te gusta de ti, tus aficiones, tus platos de comida favoritos, lo que te apetecería hacer en un futuro. Puedes escribirte imaginando lo que te gustaría oír cuando estés triste, rememora momentos difíciles que hayas atravesado y cómo los has superado. Recuerda alguna anécdota que siempre que la cuentas pasas un buen rato. Puedes pedir a personas queridas que te escriban lo que sienten por ti, tus cualidades, lo que les gusta de tu forma de ser, y guardarlo en el botiquín para leerlo cuando sea oportuno. Cada día o cuando surja puedes meter una frase, un pensamiento positivo, un chiste, una experiencia,… en fin, TODO, TODO Y TODO que se te ocurra.
Tu botiquín interior es un gran apoyo para ti, porque es individual, es único y es tuyo, lo has preparado tú, quién mejor te conoce, por eso y ya que es tan especial, dedícale el tiempo que merece, busca una caja o un lugar donde poner todo lo que quieras guardar y colócala en un lugar accesible, así estará a mano cuando sea necesario. Y no olvides, que ya que lo que hay dentro, forma en esencia parte de ti, puedes compartirlo con aquellas personas que tú más desees.
V0Y A UN PSICÓLOGO
¡PORQUE YO LO VALGO!.
Ir al psicólogo es como ir a cualquier otro especialista cuando necesitamos ayuda de diversa índole. Seguro que alguna vez hemos acudido al dentista o hemos ido a un fisioterapeuta, ya que nuestra salud asi lo requería. Pues ir al psicólogo es exactamente igual, es darnos a nosotros lo que nos merecemos, un espacio para poder abordar las cosas que nos preocupan en un contexto seguro y con un terapeuta que nos puede acompañar en ese momento de nuestra vida.
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Sólo existen dos dÃas al año en el que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el dÃa ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir.
Dalai Lama
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El futuro no está en nuestras manos. No ejercemos poder sobre él. Sólo nos queda actuar, Aquà y Ahora
Teresa de Calcuta
Si Dios nos ha dado dos oidos y una boca, ¿por qué hablamos tanto y escuchamos tan poco?
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